"La ozonoterapia ha demostrado tener efectos positivos en la mejora de la oxigenación tisular, la modulación del sistema inmunológico y la estimulación de la producción de antioxidantes. Estos mecanismos hacen de esta terapia una opción efectiva para acelerar la cicatrización y reducir la inflamación, siendo útil en el tratamiento de heridas crónicas, dolor y enfermedades infecciosas."
— Pivotto, A. P., Banhuk, F. W., Staffen, I. V., Daga, M. A., Ayala, T. S., & Menolli, R. A. (2020). Clinical Uses and Molecular Aspects of Ozone Therapy: A Review. OnLine Journal of Biological Sciences, 20(1), 37-49.
La ozonoterapia es una técnica médica que utiliza ozono, una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno, con fines terapéuticos. Su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando el físico alemán Christian Friedrich Schönbein descubrió el ozono. A principios del siglo XX, se usó en medicina para desinfectar heridas y tratar infecciones, particularmente durante la Primera Guerra Mundial.
En la medicina regenerativa, la ozonoterapia se utiliza para tratar lesiones musculoesqueléticas, enfermedades crónicas como la artritis y problemas de cicatrización. Uno de sus principales beneficios es su capacidad para mejorar la oxigenación de los tejidos, lo que favorece la regeneración celular y la reparación de tejidos dañados.
También se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de úlceras diabéticas, ya que acelera el proceso de curación al incrementar el suministro de oxígeno en los tejidos comprometidos.
El ozono estimula la producción de antioxidantes, mejorando la defensa del organismo contra el estrés oxidativo, un proceso que contribuye a la degeneración de tejidos. También activa el sistema inmunológico, facilitando la eliminación de patógenos y mejorando la respuesta inflamatoria.
Actualmente, la ozonoterapia está siendo investigada para una variedad de aplicaciones en medicina regenerativa, desde el tratamiento de heridas crónicas hasta enfermedades degenerativas. También se utiliza como terapia complementaria para mejorar la efectividad de otros tratamientos, como en el manejo del dolor crónico.
El ozono tiene la capacidad de liberar oxígeno de manera eficiente en los tejidos del cuerpo. Al mejorar la oxigenación, los tejidos dañados reciben el oxígeno necesario para acelerar los procesos de regeneración y cicatrización. Esto es particularmente útil en pacientes con mala circulación, como aquellos con diabetes, donde la falta de oxígeno retrasa la curación de heridas.
La exposición controlada al ozono activa los sistemas antioxidantes del cuerpo, aumentando la producción de enzimas como la superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa. Estos antioxidantes naturales protegen a las células del daño causado por los radicales libres, que son responsables del estrés oxidativo y contribuyen a la degeneración celular.
This site was created with the Nicepage